Porque el amor y el desamor
van siempre de la mano.
Porque no se sabe qué va primero
el principio o el fin.
Porque, a veces, las respuestas más simples
son las más difíciles de dar.
Porque cuando se ha dado y recibido tanto amor
duele aceptar que todo ha terminado.
Porque hay decisiones y DECISIONES,
y tomarlas lleva años.
Porque quien ha sentido tanto amor
se niega a aceptar que por dentro se ha vaciado.
Porque ya no valen palabras, súplicas y llanto.
Porque cuando se muere el deseo y el corazón no late
es difícil animarlo.
Porque cuando esto ocurre hemos muerto
y una gran parte de la vida se ha enterrado.
Por eso te he dicho adiós.
miércoles, 21 de octubre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario