La culpa fue del tiempo, que lo trajo a mi memoria a casi dos lustros de un siglo de recuerdos de juventud.
La culpa fue de mi atrevimiento, por querer revivir aquellos años de historia.
La culpa fue de aquellos mensajes y aquellas llamadas, que nos acercaron.
La culpa fue de aquella noche que acepte salir y juntos vimos una película en su apartamento.
La culpa fue aceptar un nuevo encuentro.
La culpa fue de aquella noche rumbo a la playa, cuando la luna nos regalo minutos a solas para atreverme a besar sus labios.
La culpa fue del mar, que bañaba nuestros pies y embriago mi mente.
La culpa fue de la carretera que nos dio oportunidad de besarnos en su margen.
La culpa fue aceptar entrar a su vida, a pesar de las circunstancias.
La culpa fue de aquella noche, en fecha como hoy y que al igual que hoy llovía, que acepte su intimidad, me entregue cuerpo y alma.
La culpa fue de mi piel, que acepto sus besos
La culpa fue de un sueño que parecía imposible y nos empecinamos en alcanzar.
La culpa fue de aquellos poemas y aquellas flores que me ilusionaron y caí cual ingenua.
La culpa fue mía, por entregarme a manos llenas.
La culpa fue mía, por permitir tanto dolor.
La culpa fue mía, por ofrecerle mi futuro.
La culpa es mía, por no saber olvidar.
La culpa será mía, por buscarle y decirle que podíamos continuar, aun el me restregaba su presente en la cara y se burlaba de mis lágrimas besando otra boca...
La culpa fue mía, por pensar que sabría luchar por mi amor y volver a conquistarme.
La culpa fue suya, por juzgarme con la vara que el mismo hizo con su traición.
La culpa fue suya, por pensar que yo pagaría con la misma moneda que la suya, cuando nuevamente le busque por amor.
La culpa fue suya, por no conocerme, por no reconocerme...
La culpa fue suya por preferir amores profanos a mi amor, amor impoluto, amor inmaculado , que todavía se empecinaba en obviar los motivos y seguirle ciegamente.
La culpa fue mía por pensar que me amaba, a pesar de los errores y las distancias.
La culpa fue mía por entregar tanto, que finalmente quedé vacía.
La culpa fue de su memoria, que borro todo lo vivido.
La culpa fue de mis sueños, de mi irrisoria esperanza de pensar un hogar a su lado.
La culpa fue del amor, que terco se instalo en mi alma y que no reconoció todo lo que lastima.
La culpa es de la lluvia, que me pone melancólica...
La culpa es del recuerdo...
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