lunes, 24 de agosto de 2009

Historias cotidianas

Aquella tarde acordaron almorzar, él pasó a buscarle y ella aguardó su compañía.
La tarde amenazaba con descargar su furia convertida en lluvia.
El llego, puntual y con un beso en la mejilla se saludaron y partieron al pequeño, pero acogedor, restaurante italiano en el centro de naco...
Ella apresuraba, debía volver temprano a la oficina, él divertido le invitó a tomarse la vida como un wisky sour, despacio, saboreando cada minuto...Ella sonrió y se resigno a disfrutar el momento.

El almuerzo transcurrió entre risas, chistes (malos) y temas serios de escritores ya muertos (aveces , cuando la pasamos bien con los amigos, el tiempo transcurre y por ratos olvidamos el dolor que nuestra alma alberga y que tomó en adopción), así pasó el tiempo, hasta que finalmente llego la hora de regresar....Ordenaron la cuenta y se dispusieron a salir.
Al cruzar la puerta, el cielo, que hasta entonces había sido solo un espejo a punto de partirse , rompió en mil pedazos su ímpetu de mar...
Llegaron empapados al coche, una vez dentro se quedaron como dos chiquillos que miraban por primera vez la lluvia, divertidos, asombrados...
La magia se rompió cuando ella exclamó: ''La lluvia cae como quien llora y purga sus penas...y en su tristeza la esperanza de que detrás de cada nube brilla, felizmente, el sol''.
Se miraron, rompieron en risas una vez mas y partieron al punto de inicio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida no es un block cuadriculado
sino una golondrina en movimiento
que no vuelve a los nidos del pasado
porque no quiere el viento.

Se aconseja dormir a pierna suelta
lejos de tentaciones de diseño,
que no pase de largo por tu puerta
el hombre de tus sueños.

Un beso,
N

Mich dijo...

Me encanta sabina!!
Y esa cancion una de mis favoritas.

Iba a escribir por acá el parrafo siguiente de la cancion, pero esos versos merecen un post aparte.

Gracias!